Desde esta semana, el Estado argentino deberá hacerse cargo de la realidad de miles de pacientes que encuentran alivio a sus enfermedades y dolencias mediante el uso de la cannabis medicinal. Esto, luego que el Senado argentino votara por unanimidad una ley que legaliza y regula el uso de cannabis medicinal en el país vecino.
La ley reconoce las propiedades terapéuticas de la cannabis y establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor en Argentina. Una ley que obliga al Estado a satisfacer la demanda de medicina cannábica para los pacientes que así lo requieran. De esta forma, los pacientes que se incorporen al programa del Ministerio de Salud del país vecino tendrán garantizado «el acceso gratuito al aceite y demás derivados».
«En muy poco tiempo se generó mucho consenso social alrededor del tema y eso es maravilloso», declaró al medio argentino THC, Valeria Salech, miembro de Mamá Cultiva Argentina, una de las organizaciones cívicas que impulsaron la legislación, nacida bajo el alero de Fundación Daya y Mamá Cultiva Chile.
Por su parte, el médico, investigador, activista cannábico y profesor de la Universidad Nacional de La Plata, Marcelo Morante, quien en marzo del año pasado estuviera en Chile invitado al Primer Seminario de Cannabis de Calama, organizado por Fundación Daya Calama, señaló a diario Clarín que «la aprobación de este proyecto abre el camino para que la sustancia sea obtenida a través de una fuente legal y para que haya un acompañamiento médico de su uso, es decir, abre la puerta a la medicina cannábica».

Sesión en el Senado argentino, sobre ley de uso medicinal del cannabis. (Juan Carlos Cárdenas/ Comunicación Senado)
A pesar de las alentadoras noticias, no todo fue celebración: mientras la ley se aprobaba en el Congreso argentino, la activista, cultivadora y dosificadora de aceite argentina, Brenda Chignoli sufría el allanamiento de su casa y la incautación de sus plantas en la provincia de Córdoba, según relató el diario El País de España. Esto debido a que si bien la nueva ley garantiza el acceso al aceite de cannabis para una lista de enfermedades definidas por el texto legal, permitiendo su importación hasta que Argentina pueda producirlo, el autocultivo en el país vecino –a diferencia de Chile- seguirá siendo considerado ilegal, manteniendo las penas draconianas que en ese país penalizan al que «siembre o cultive plantas o guarde semillas» con penas que van de los 4 a los 15 años de prisión efectiva, independiente si dicho autocultivo va destinado a satisfacer las necesidades médicas de un paciente.
“Estamos felices pero tenemos en claro que la ley está súper incompleta y hay muchos huecos, porque nosotras desde el día uno peleamos por el autocultivo. Pero esta es una puertita que abrimos y es muy positivo haber modificado en algo esa ley nefasta que teníamos”, señaló Yamila Casagrande, madre de un niño argentino que padece síndrome de West y epilepsia refractaria, la cual es controlada exitosamente gracias a la cannabis medicinal.
«El año pasado había en Diputados más de 15 proyectos sobre el uso del cannabis. Después del trabajo con los legisladores y grupos como Mamá Cultiva, los redujimos a dos. La diferencia fundamental entre ellos era que el del oficialismo sólo autorizaba la investigación y el nuestro también amparaba a los auto cultivadores«, explicó a Fundación Daya, la Presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Argentina, Carolina Gaillard, diputada y una de las principales impulsoras de la idea de legislar el tema.
«Si bien falta ese aspecto, en el que ya estamos trabajando, es un primer paso importantísimo porque abre camino, da un marco legal a las instituciones como el Conicet y el INTA para que investiguen. Esta ley rompe con décadas de estigmatización, abordarlo desde la órbita sanitaria y no desde la penal, comprenderlo como una posibilidad terapéutica son logros que posibilitan posicionarnos desde otro paradigma socialmente», resume.
Por otra parte, la ley que deberá ahora ser reglamentada, autoriza el cultivo de cannabis por parte del Consejo Nacional De Investigaciones Científicas Y Técnicas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, con fines de investigación y para elaborar la sustancia destinada a los tratamientos.
De esta manera Argentina busca ponerse a la par de países como Chile en la investigación y desarrollo de fitofármacos de cannabis, cuya experiencia pionera sigue a la vanguardia de la región, gracias al desarrollo de múltiples proyectos impulsados por la Dirección de Investigación y Estudios Clínicos de Fundación Daya, el primero de los cuales es el Primer Estudio Clínico de Cannabis Medicinal de Latinoamérica, en conjunto con la Municipalidad de La Florida y Knop Laboratorios.

Paulina Bobadilla de Mamá cultiva Chile y Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya, exponen su experiencia pionera en la región durante el Primer Seminario Internacional de Cannabis Medicinal de Argentina, realizado en General La Madrid, Buenos Aires, los días 9 y 10 de abril de 2016.
Cabe señalar que esta legislación es producto del trabajo de organizaciones como Cannabis Medicinal Argentina (Cameda) y Mamá Cultiva Argentina, ésta última nacida bajo el alero de Fundación Daya y Mamá Cultiva Chile, luego de que las agrupaciones firmaran un documento comprometiéndose a trabajar bajo los mismos principios. Esto debido a que el trabajo pionero en la región desarrollado por Fundación Daya y MamáC ultiva en Chile ha inspirado a diferentes países latinoamericanos en sus procesos de movilización social para impulsar cambios en las legislaciones de sus países.
Es por ello que, durante el mes de septiembre recién pasado, nueve diputados argentinos de diferentes bloques políticos, encabezados por la Presidenta de la Comisión de Salud y Acción Social, Carolina Gaillard, viajaron a Chile para conocer el debate sobre el uso medicinal del cannabis y el trabajo de Fundación Daya.
“Con esta visita a Chile y a Fundación Daya nos llevamos mucha riqueza para la toma de decisiones en Argentina, y entendemos que regular el uso medicinal de cannabis es un tema urgente, por lo que trabajaremos todos juntos para lograr lo mejor para las personas”, declaró en dicha ocasión el diputado Sergio Wisky. “Los chilenos tienen mucho que contarnos, mucho que decirnos y enseñarnos, y agradecemos su buena voluntad para apoyarnos en nuestro trabajo legislativo, donde queremos dar una solución lo más rápido posible a las personas que tienen alivio con el uso medicinal de cannabis”, agregó en dicho encuentro la diputada argentina Nilda Garré.
En diciembre del 2016 tanto Valeria Salech, de Mamá Cultiva Argentina, como la diputada Gaillard vuelven a Chile, con ocasión del Segundo Seminario Internacional de Cannabis Medicinal de Santiago, organizado por Fundación Daya y Mamá Cultiva.” “Celebro la repercusión internacional de este seminario y la movilización de la región Latinoamericana para legislar el acceso al cannabis medicinal. Debemos recordar siempre que este no es un tema de seguridad o adicciones, sino de acceso a la salud a través de políticas públicas. En este sentido, necesitamos Estados presentes, que regulen situaciones que existen de hecho en todos los países de la región”, manifestó en aquella oportunidad.

Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya, y Paulina Bobadilla de Mamá Cultiva Chile, en el lanzamiento de Mamá Cultiva Argentina.
A juicio de Ana María Gazmuri, directora de nuestra Fundación, esta ley es el resultado del trabajo de la sociedad civil organizada. “Hoy celebramos este importante paso en pos de la democratización del acceso al cannabis medicinal en Argentina, aunque queda mucho por conquistar. El autocultivo queda como un gran desafío pendiente, ya que es, sin duda alguna, un elemento democratizador, además de un derecho soberano de todo ciudadano libre. Deben ser abiertas todas las vías de acceso: autocultivo, cultivo comunitario y fitofármacos estandarizados. Felicitamos a MamáCultiva Argentina y a Cameda, asi como a CeeCa ( Centro de Estudios de la Cultura Cannábica y Revista THC, organizaciones amigas de Daya, por haber sido los articuladores) de este clamor social, logrando convencer con la riqueza de su experiencia vivencial en el uso de esta planta medicinal, a los parlamentarios argentinos”.
Una buena noticia a semanas que en la Comisión de Salud del Congreso chileno se retome la discusión del proyecto que busca modificar la actual ley de drogas, protegiendo de manera eficaz el derecho personal al autocultivo para todo uso, así como las necesidades medicinales de los pacientes chilenos que, como ha sostenido Fundación Daya desde sus inicios, salvaguarda sus derechos al acceso a la salud sin tener que obligadamente depender de la industria farmacéutica o la importación de medicamentos.
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