TESTIMONIOS

Sandra y su hijo Martin
Por primera vez en mi vida, que daré nuestro testimonio con alegría: Mi nombre es Sandra, madre de Martín Muñoz Cartagena actualmente de 15 años de edad, desde el año de edad Martin fue diagnosticado con Síndrome de West, como no respondió a los primeros tratamiento farmacológicos, derivó en una Encefalopatía Epiléptica Refractaria, con consecuencias de retraso severo en su desarrollo psicomotor, cognitivo y sensorial, probando todos los fármacos para tratar su patología, incluyendo dietas cetogenicas, cirugías como Callosotomia y Estimulador Vagal, con resultados transitorios ,sólo disminución de las crisis y patrones pero solo por un tiempo, al llegar a su pubertad la epilepsia se volvió inmanejable, al punto de limitar lo poco que Martín lograba, sin hablar de trastornos graves del sueño y lo que conlleva el día de este, tanto fue que ya de probar un montón de inductores del sueño y aumentar, cambiar dosis de benzodiacepinas para mejorar este estado, haciendo electroencefalogramas para darnos cuenta que su actividad cerebral epiléptica mayormente alta por las noches, apareciendo crisis generalizadas con compromiso cardíaco, respiratorio y físico al punto de poner en riesgo su vida, y la solución para esas crisis era poner Midazolam en la mucosa de la boca que solo las paraba por unos minutos y el después volvía a convulsionar hasta en 6 ocasiones solo durante el día, la única solución que su médico tratante nos ofrecía era, hacer por segunda vez Callosotomia que su objetivo era disminuir esas crisis, ni siquiera nos aseguraba dejarlo sin crisis, dentro de nuestra desesperación empezamos a cotizar tal cirugía que es de un costo altísimo, cuando estábamos en eso, conocí a Carlos colaborador de Fundación Daya el cual me comento del uso de aceite de cannabis que madres estaban usando en sus hijos con epilepsia refractaria con muy buenos resultados, Yo como mucha gente que por ignorancia desconocía sus propiedades medicinales, acudimos a la Fundación para obtener más información y gracias a dios que fuimos ya que ese mismo día comenzó con su primera jeringa de aceite de cannabis donada por un angelito, y el resultado fue increíble…Durmió 7 horas interrumpidas y con eso desaparecieron sus crisis generalizadas, disminuyeron sus espasmos y mejoro notablemente su alerta, su postura física está más conectado y mejoro su calidad de vida y la nuestra, ya llevamos 8 meses usando aceite de cannabis, disminuimos fármacos y por supuesto desechamos la posibilidad de operarlo. Su médico tratante a pesar de no indicar el tratamiento con cannabis, acepto su uso al ver la gran mejoría que tuvo en Martin. Qué más puedo decir, sino que agradecer haber encontrado este tratamiento gracias a la ayuda incondicional de Fundación Daya y sus colaboradores.
Espero aportar con nuestro testimonio
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