TESTIMONIOS

Odila y su hija Lafken Antonia
Hola, mi nombre es Odila soy de Puerto Saavedra de la Araucanía y ahora les presento la historia de mi hermosa hija.
Si pudiera hablar este sería mi testimonio;
Mi nombre es Lafken Antonia tengo 9 añitos y naci con una Parálisis Cerebral Espástica, bajo todo diagnostico médico mi evolución llegando a este mundo fue muy positiva me sentía conectada con todos solo me costaba afirmar mi cabecita que era lo único distinto en mí, me sentía una niña afortunada por el amor que recibía cada día de mi mami y toda mi familia que luchaban por darme lo que necesitaba a estimularme y ser mejor.
Cuando aprendí a hacer pucheros y a balbucear veía la felicidad de mi madre ya que según los médicos nunca lo haría y pasaría mis días casi en un estado vegetal por mi diagnostico, en ese entonces no muy claro. Recuerdo ver a mis tíos molestarme para verme hacer pucheros nunca supe porque se entretenían tanto y yo solo lo hacía para llamar a mi mami, todo marchaba bien yo crecía y era una niña feliz!!! Fue así que llegue a mi primer añito de vida llena de energía por superarme cada día. Un día comencé a saltar sin querer, sentía que era raro ya que antes nunca lo hacía, trataba que mi mami lo notara pero ella pensaba que era producto de los ruidos y solo me asustaba. Esto con el pasar de los días fue en aumento ya era aun peor y más fuerte yo me desesperaba y entonces gritaba para qué mi mami me entendiera, ella me llevo al hospital lo recuerdo muy bien, muchos delantales blancos, de esos que hasta hoy me dan miedo; nunca me gustaron… ¿quizás porque?. No había un diagnostico claro del porque me ocurría, siento aun la angustia de mi mamita sin saber nada y escuchando términos médicos que nadie más que ellos entendían, sé que mi mamá sufría y yo no podía ayudarla y decirle que todo estaría bien, yo sería fuerte y que saldríamos de esto como fue desde que llegue a sus brazos. Después de varios meses y muchos doctores, exámenes etc. Lejos de mi casita del Puerto querido, de mi familia solas las dos con mi mami. Cada día empeoraban más mis saltos, ya eran como cinto saltos juntos, no los podía controlar y me sentía horrible, veía esa nube negra que venía sobre mí y me perdía, gritaba antes para avisarle a mi madre que ya venían otra vez, al reaccionar ya en sus brazos escuchaba a mami hablarme y decirme que todo estaría bien y que estábamos juntas que no tuviera miedo, mientras afloraban sus lagrimas por no saber qué hacer para ayudarme.
Así fue como un día uno de esos caballeros de blanco nos hablaron de un “West”, ¿Qué era eso?; Mi mami descolocada haciendo preguntas, nunca antes habíamos escuchado esa palabra, eso era el nombre para mis súper saltos, eso era lo que hacía perder el control de mi cuerpo hasta el nivel de no recordar nada, ya no recordaba cómo eran los pucheros que tanto le gustaban a mis tíos ya no recordaba como balbucear a mi mamita ya que yo disfrutaba al ver brillar sus ojos al escucharme.
Saben con el pasar del tiempo eran 40 o 50 gritos, saltos, como decían los de blanco CRISIS, ellas me volvieron a convertir en una bebe cuando ya tenía casi dos años, fue terrible para mí no poder hacer lo que había aprendido y ver sufrir a mi familia sin poder hacer nada, solo tenía mi fuerza que me ayudaba a aguantar y poder acoger a mi mami cuando sentía que ella bajaba sus brazos, como podía le demostraba que yo tenía aun mucho por luchar y que ella debía ser igual que yo una guerrera como lo soy desde el primer día, quizás podría después solo ser parte de un mal recuerdo pero dependía de las dos.
Años pasaron en donde no descansaba, mis días estaban llenos de eternas crisis, días enteros en donde me perdía por su culpa, el West era fuerte y no me dejaba tranquila, sentía que cada día que pasaba era peor, ya no era yo Lafken la niña feliz, era la niña dopada llena de medicación convulsionando igual y sin poder expresarme. En una de las largas visitas de los amigos de mi mami fue donde le preguntaron si le gustaría probar con Cannabis, ella abrió los ojos y no la pensó mucho y dijo si a mí me relaja a ella le puede ayudar. Comencé tomando unos tecitos de está y sentía que me relajaba mucho note un cambio en mi, mi mami igual vio que me ayudo y me daba todos los días en secreto solo ella y yo sabíamos, nuestra familia no lo entendería y prefirió que fuera nuestro secreto, ni los de blanco lo sabían, fue así que cada día estaba más tranquila tenia crisis pero menos y pasaba mas rato relajada, luego ya pasaron los años y pase a tomar manteca de cannabis de distintas razas y algunas no me hacían tan bien, hay mi mami tenía que experimentar con ellas en mi! muchas veces escuche reclamar a mi mamá que nos habían engañado y perdía la plata yo sabía que eso le dolía porque era para mí, su bella musa inspiradora como me dice.
Un día ella decidió contarlo a todos en mi familia los cambios eran notorios y ellos nos apoyaron. Luego cultivamos y seguimos probando hasta encontrar y saber que era mejor para mí.
Hoy sonrió, estoy conectada! Soy sociable y tierna, pasó días y semanas sin crisis soy una niña feliz, consumo Cannabis Medicinal que fue mi cura, mi alivio. Hay veces que vuelven pero ya no es como antes que me perdía y no sabía que ocurría, hoy las aguanto y no me desconecto sigo dándoles la batalla y pasan rapidito y yo me recupero muy pronto ya soy más fuerte y no me ganan.
Ahora tengo una mejor calidad de vida, no camino ni hablo pero saben soy una niña feliz.
Y agradezco a mi mami por haber probado que ocurría con esta planta santa en mí que fue la que me devolvió a la vida. . Gracias a la Cannabis Medicinal hoy soy Lafken la niña feliz!
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