TESTIMONIOS

Marcela – Espondiloartritis anquilosante
Nombre: Marcela Rios Verdugo
Rut: 11.477.701-3
Diagnóstico: Espondiloartritis anquilosante
Médico tratante: Reumatóloga Viviana Maluje, Clínica Santa María
En el año 2004 fui diagnosticada de Espondiloartritis anquilosante, comencé a probar distintos tratamientos para evitar el dolor, la inflamación y la rigidez corporal, estos incluían remedios que tenían como base: corticoides en forma oral o inyectable como, relajantes musculares más analgésicos, antinflamatorios, recubridores gástricos. Inductores del sueño y algunas veces anti coagulantes inyectables (2004-2014), esto a largo plazo provoco Glaucoma ocular agresiva, por lo cual ya he sido operada cuatro veces en ambos ojos; tres años después de comenzar a ocupar los remedios ya mencionados se compró la poca efectividad de estos y en conjunto pase a utilizar terapias biológicas de altísimo costo económico ( 600.000- 1.000.000 mensual) desde el año 2007-2012, terminando con este tratamiento, ya que, me produjeron alergias cutáneas y de vías aéreas poniendo en alto peligro mi vida, por esto es que decidimos como familia terminar con este tipo de terapia. A fines del 2014 decidí comenzar a consumir leche de marihuana para probar los efectos que esta podría tener en mi cuerpo, al ver una buena reacción junto con mi familia decidimos comenzar a plantar para poder tener el material suficiente para hacer resina en marzo de este año. Al comenzar a consumir la resina note que los beneficios eran mucho mayores que los que obtenía con la leche o cualquier otro remedio, por lo que comencé a eliminar los remedios químicos que por años había estado consumiendo, al realizar esto note que mi estómago también funcionaba mejor: menos dolor, menos vómitos, menos indigestión; y en cuanto al dolor de base se logró una mejoría en la condición general que nunca habíamos logrado con ningún otro tratamiento: menos rigidez, menos dolor, mejor dormir y lo más importante mi estado de ánimo también mejoro al notar que por fin había un tratamiento que resultaba para mí y podía ser una persona menos enferma.
A pesar de contarles a mis médicos tratantes (reumatóloga y oftalmólogo) del nuevo tratamiento que quería seguir, ninguno estuvo de acuerdo, ni mucho menos dispuesto a darme una receta. Lo que me parece terrible, ya que, una vez más se hace notar que la industria farmacéutica se interpone y se antepone a cualquier otro tratamiento alternativo (como la cannabis), si bien lograron aplacar mis dolores por algunos años, también produjeron otros efectos negativos en mi salud, que de haber sabido antes probablemente hubiese optado por la resina desde hace muchos años, ya que, además de ahorrar económicamente, solo trae beneficios positivos a mi vida. Es por esto que se hace necesario que los doctores comiencen a tomar conciencia de los efectos a largo plazo que provocan los remedios químicos, y opten por terapias alternativas.
Gracias a la Fundación Daya por toda la información y acogida desde un primer momento, ya que, me sirvió para eliminar tanto prejuicio arraigado en mí del consumo de la marihuana, han sido una fuente de apoyo y de nutrición para mí y toda mi red familiar.
Comentarios recientes