“La medicina tradicional no está otorgando la atención adecuada ni el apoyo necesario al paciente”

Entrevista a la Dra. Gisela Kuester, Neuróloga y Neurofisióloga Clínica, especialista en Epilepsia y Electroencefalografía, Profesor Agregado de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y Directora de Investigación y Estudios Clínicos de Fundación Daya.

Participó como expositora  en el II Seminario de Cannabis Medicinal realizado en el Ex–Congreso Nacional de Santiago, con la ponencia “Cannabis medicinal en epilepsia refractaria y trastorno del espectro autista: experiencia clínica en Chile”. En su exposición hizo un llamado a los profesionales de la salud para que se sumen a esta terapia y se informen de la creciente evidencia de su eficacia en diversas patologías. Además, llamó a sus colegas a dejar el autoritarismo y a escuchar lo que los pacientes y sus familias reportan como falta de eficacia o efectos adversos de las medicinas sintéticas.

¿Qué le pareció el II Seminario de Cannabis Medicinal?

Me parecieron excelentes la organización y la calidad de los invitados nacionales e internacionales. Se tocaron aspectos bien diversos respecto del sistema endocannabinoide y de las patologías relacionadas con éste. El relato presencial de dos pacientes de Fundación Daya tratadas exitosamente con cannabis medicinal fue muy valioso. Además, el término del evento con el testimonio de las madres de MamáCultiva de Chile y Argentina, y de Cultivando Esperanza de Colombia fue muy conmovedor. Sinceramente, es la fuerza de estas madres la que revitaliza la motivación que tenemos todos quienes trabajamos en Fundación Daya.

A su juicio ¿por qué el cannabis medicinal es un tema de Derechos Humanos?

Porque alivia el dolor y el sufrimiento humano en diversas condiciones médicas de difícil manejo. Esto se se traduce en una significativa mejoría de la calidad de vida del paciente y de su entorno familiar. Se sabe que el 90% de los pacientes en cuidados paliativos no recibe terapia efectiva para calmar su dolor, por lo que sus últimos días los viven con muy mala calidad de vida. Por otra parte, un 30% de los pacientes con epilepsia no logra control adecuado de sus crisis con los fármacos disponibles y muy pocos pueden acceder a terapias quirúrgicas, puesto que son muy costosas. Por tanto, son muchos los pacientes que sufren discapacidad, marginación escolar y laboral, y también confinamiento, entre otras consecuencias. Por ello, hoy en día el acceso real y efectivo a la terapia con cannabis medicinal forma parte de los derechos humanos de salud oportuna y eficiente, de alivio del dolor y de una muerte digna, los que hasta ahora siguen siendo vulnerados, en particular por la férrea oposición de las sociedades médicas.

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Dra. Kuester exponiendo en el último Congreso de Epileptología en Praga

¿Qué les dirías a los médicos que no acompañan a sus pacientes con un tratamiento en base a cannabis?

En muchas ocasiones el médico desconoce cómo y cuándo debe administrarse cannabis medicinal. En esos casos lo ideal es que dicho profesional derive al paciente a médicos entrenados en el uso de esta terapia. Lo que no es aceptable es que si un paciente desea acceder a este tipo de tratamiento su médico se oponga abiertamente y le dé información incorrecta respecto de su eficacia y efectos adversos. Tampoco es ético rechazar seguir viendo a un paciente porque su opción es ésta. Ningún médico tiene el derecho de contrariar la decisión informada de un paciente o de sus padres cuando ellos están actuando bajo el marco legal vigente en el país.

Es un hecho irrefutable que la medicina tradicional en Chile no está otorgando la atención adecuada (tiempo de evaluación muy escaso, relación médico-paciente de mala calidad, visión parcelada y no integral de los problemas de salud de los pacientes, abuso de la polifarmacia, etc..) ni el apoyo o contención que requieren los pacientes y sus familias. Además, en muchos casos la medicina tradicional no tiene otras alternativas terapéuticas que ofrecer a los pacientes por lo que negar esta opción, que tiene excelentes resultados, está en contra de los derechos humanos referidos y en contra de los principios de primacía del bienestar y de autonomía del paciente.

¿Cuál es su visión frente al aumento de la discusión sobre cannabis medicinal en América del Sur?

En el primer Seminario de Cannabis Medicinal, realizado en Diciembre de 2015, señalé que lo que estaba sucediendo en Europa, Canadá, Estados Unidos y Uruguay con la legalización del cannabis medicinal parecía una pequeña epidemia. Este año hemos visto cómo se han sumando más estados en USA que lo han legalizado y lo mismo ha sucedido en Australia, Puerto Rico y Colombia, entre otros. Al mismo tiempo, este proceso se ha ido extendiendo desde Chile hacia el resto de América. En Argentina, con el apoyo de MamáCultiva ha sido fabuloso el avance del cannabis medicinal en tan  pocos meses, en circunstancias y en un contexto que se veían tan adversos, lo que es realmente impactante. En Colombia hay grupos de cultivadores y algunos profesionales de la salud que ya están trabajando fuertemente en el uso medicinal de cannabis. Esto mismo va a seguir ocurriendo en otras naciones. Por ahora, hay muchos pacientes que viajan a atenderse con nosotros porque en sus países no pueden acceder a esta medicina basada en el autocultivo, como ocurre en Bolivia, Perú o Brasil. Sin embargo, en esos lugares las madres, los propios pacientes y algunos valientes médicos están jugando un rol fundamental en sacar la voz y en poner el tema en la agenda de los gobiernos  y parlamentarios para poder lograr la legalización del cannabis medicinal.