El lunes 18 de enero de 2016 fue un día histórico para Chile. A las 20:00 horas, en la localidad de Quinamávida, ubicada en la comuna de Colbún, en la Región del Maule, se hizo el lanzamiento oficial del mayor cultivo de cannabis para uso medicinal de Latinoamérica, proyecto que beneficiará a 4 mil pacientes.
El proyecto es una investigación del uso de cannabis medicinal, realizada por Fundación Daya con 20 municipalidades del país.
El comienzo
Fue en octubre de 2015 cuando la Fundación Daya obtuvo la aprobación para iniciar el proyecto. El ente que dio el visto bueno fue el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), quien autorizó el cultivo de 6 mil 900 semillas.
De las cinco oficinas sectoriales del SAG, fue la de Linares la encargada de supervisar el desarrollo del proyecto.
“Este es un gran desafío, y nos sentimos muy contentos de estar contribuyendo a un proceso que permita desarrollar fitofármacos, lo que beneficiará a tantos pacientes de diversas comunas del país”, comentó el Director del SAG Maule, Nicanor Cuevas.
El desafío de la institución fue lo novedoso del vanguardista proyecto. “Ha sido un proceso de aprendizaje para nosotros”, aseguró Cuevas, porque no se había trabajado antes con esta materia prima “pero sabemos que estamos aportando un grano de arena para el desarrollo de nuevas alternativas de salud para Chile”.
El proyecto
Una vez plantadas las semillas, se espera que entre marzo y mayo de 2016 se coseche más de una tonelada y media de cogollos, que permitirá realizar tres estudios clínicos en 200 pacientes de cada uno de los municipios participantes, logrando una cobertura de 4 mil personas.
“Quisimos hacer una plataforma colaborativa que implique el menor costo posible para las municipalidades y beneficie a la mayor cantidad de personas” explicó la Directora Ejecutiva de la Fundación Daya, Ana María Gazmuri.
El fin de la iniciativa es otorgar alternativas a los pacientes que sufren enfermedades donde el malestar no es aplacado por los fármacos, como es el caso de patologías oncológicas, epilepsia refractaria o enfermedades con dolor crónico no oncológicas.
Para estos tres casos, aparte de las municipalidades, también se sumaron al proyecto la Universidad de Valparaíso, Laboratorios Knop y tres instituciones de salud que serán las responsables de realizar los estudios. Las tres instituciones de salud son: el Instituto Nacional del Cáncer; el Hospital San Borja Arriarán y el Hospital Las Higueras de Talcahuano.
“Este proyecto nos permite tener una población más informada, una población que, recordemos, 86 por ciento de ella está a favor del uso medicinal de cannabis y el 56 por ciento apoya la despenalización”, comentó Gazmuri, quien además sostuvo que “es un imperativo ético democratizar el acceso al cannabis”.
Los Alcaldes
Los ediles de los municipios que se han sumado al proyecto, firmando un acuerdo de colaboración con la Fundación Daya, están muy entusiasmados con la iniciativa.
Tal es el caso del Alcalde de Tocopilla, Fernando San Román, quien comentó que “queremos hacer historia gracias a cambios profundos, y este proyecto nos permitirá hacerlo, dándole una esperanza a mucha gente porque, en lo concreto, le estamos aliviando el dolor a las personas”. Además, la máxima autoridad de Tocopilla fue enfático en decir que “el día 18 de enero de 2016 va a hacer historia por el lanzamiento del cultivo; el día de mañana vamos a revisar los grandes hitos del país y estaremos felices de haber sido parte del proyecto como comuna”.
Por otro lado, el Alcalde de Graneros, Claudio Segovia, afirmó que el proyecto de Quinamávida permite cambiar los paradigmas de la sociedad porque “la maldad no está en la planta, sino en el narcotráfico”.
En Graneros, con alto índice de trabajo de temporeros, será necesario nuevos medicamentos que permitan aliviar los dolores. Según el edil, “producto de su trabajo al aire libre y con largas jornadas de pie, sufren dolores reumáticos. Nosotros tenemos el deber de buscar vías más naturales, menos invasivas y mucho más baratas, para todos los vecinos, que ya usan cannabis como atenuante de sus males”.
Bajo esa misma línea, su par de Antofagasta, Karen Rojo, Químico-Farmacéutica de profesión, señaló que “esto es una herramienta más para los municipios, porque existen pacientes con patologías que no responden a los tratamientos tradicionales”.
Hoy día, los municipios participantes podrán atender a 200 pacientes, y ante esto, Rojo aseguró que “es el Estado quien debe hacerse responsable para tener estas dosis en todos los consultorios del país para que todos los chilenos tengan acceso”.
Los fitofármacos
Una vez que se coseche la tonelada y media de cogollos para los estudios, será Knop Laboratorios el encargado de fabricar los fitofármacos que luego serán entregados a los pacientes participantes de los estudios a través de los Centros de Salud de cada Municipalidad participante en el proyecto.
La Directora de Desarrollo Químico-Farmacéutico del mencionado Laboratorio, Jaqueline Ruz, señaló que “para nosotros es muy importante participar en este proyecto, porque creemos en la planta y su uso como terapia única o complementaria”.
Además, Ruz comentó que como Knop Laboratorios “queremos respetar la composición de la planta, porque es apta y confiable para generar este tipo de productos”.
En cuanto a las municipalidades que participarán, Gazmuri agregó que “cada una tendrá un equipo médico que aplicará los protocolos correspondientes al diseño de cada estudio clínico diseñado por las tres instituciones públicas de salud”.
Fotos:
Gentileza de Nelson Vergara Orellana
Revista Minga / Talca
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