Fiscalía pedía seis años de cárcel efectiva pero el Tribunal Oral de Santa Cruz decidió de forma unánime, absolver de todos los cargos a Rodrigo Barraza (31), acusado de tráfico de drogas, al constatar que en realidad cultivaba cannabis para el tratamiento de su único hijo, un niño autista de nueve años de edad.
Santiago, 26 de diciembre 2019.– Un cultivo de 15 plantas en el patio de su casa en Pichilemu, una zona costera de la Región de O’Higgins, destinado a la elaboración de la medicina de su hijo León (9), diagnosticado con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y tratado con cannabis medicinal, según las indicaciones de su neurólogo, llevaron a la injusta detención y formalización por tráfico de drogas a Rodrigo Barraza, el 14 de marzo de 2019.
La pesadilla de esta familia, culminó este martes 24 de diciembre, en Navidad, con la absolución de todos los cargos, en un fallo unánime de los tres jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Santa Cruz, donde se realizó el juicio. El Ministerio Público, representado por el Fiscal Jefe de Pichilemu, Rodrigo Troncoso, solicitaba 6 años de presidio efectivo.
“Este Tribunal ha resuelto por unanimidad absolver a Rodrigo Barraza de la imputación oficial de ser autor del delito consumado de tráfico ilícito de drogas (…) no podría ser sancionado por delito alguno por concurrir a su respecto una causal de justificación”, dijo el Presidente de la Sala, juez Rodrigo Gómez, junto a las juezas María Angélica Mulatti y Teresita López (s).
“Estoy tranquilo, siempre supe que saldría libre. Pero yo no soy el único, hay muchos que siguen siendo perseguidos por el autocultivo de cannabis”, dijo Barraza tras salir de la sala y abrazar su esposa, la mamá de León, Catherine Gajardo (38). Quien celebró que se haya hecho justicia y anunció acciones legales para reparar el daño causado. “Nos han discriminado, tratado como delincuentes, mi hijo perdió el año escolar… ahora lo que más quiero es volver a nuestra casa y plantar para que mi niño retome su tratamiento”, dijo la profesora de Ed. Básica.
El pequeño León es paciente de Fundación Daya, su médico tratante es el experimentado neurólogo infantil, Dr. Guillermo Fariña, quien también trabaja en el Hospital Calvo Mackenna. Un equipo de la Fundación acompañó a la familia durante el juicio y también participaron como los testigos, el Dr. Diego Cruz y la Directora Ejecutiva, Ana María Gazmuri.
“Estamos felices y emocionados. Este es un precedente fundamental en el camino de asegurar la libertad, seguridad y la dignidad, de las miles de familias chilenas que ejercen su derecho al autocultivo medicinal de cannabis”, dijo Gazmuri, quien también agradeció al Defensor Público, Renato Cárcamo, por probar la inocencia de Rodrigo.
La Defensoría Penal Pública logró acreditar que las plantas requisadas por la Policía de Investigaciones (PDI) correspondían a un cultivo medicinal, el cual aporta la materia prima para elaborar el aceite de cannabis recetado por el Dr. Fariña de Fundación Daya; y que además, no existía prueba alguna para acreditar la acusación de tráfico de drogas.
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