Luego de la participación de Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya, en el Seminario “Autocultivo, propiedades medicinales y legalización del consumo de cannabis” organizado por la Universidad del Desarrollo de Concepción, debate académico ampliamente cubierto por los medios locales, y en la “Jornada de cannabis medicinal: una mirada desde el amor”, realizada al día siguiente en el Auditorio Poeta Gonzalo Rojas de la Universidad Andrés Bello de Concepción, encuentro organizado por Mamá Cultiva Región del Biobío y Fundación Daya, la psicóloga Anneliese Dörr dio una entrevista en el Diario Concepción realizando diversas aseveraciones que incluyen numerosas imprecisiones y falsedades.

En ella, la psicóloga señaló “que la marihuana nunca ha sido medicinal”, catalogando de “moda cannábica” a quienes difunden su uso terapéutico, el que por lo demás se remonta al año 2.737 a. de C., siendo la farmacopea de Shennong, uno de los padres de la medicina china, uno de sus más antigüos registros.

Debido a ello, Fundación Daya, a través de su directora ejecutiva, envió una carta al director de dicho periódico como respuesta a los dichos de la psicóloga, la cual fue publicada el pasado viernes. Debido a que el espacio asignado a la respuesta no permite abordar en profundidad los dichos de Anneliese Dörr, autora de un estudio cuyos resultados a nuestro juicio son cuestionables y que suele ser citado en notas periodísticas sobre el uso de cannabis, a continuación publicamos la versión extensa de dicha respuesta:

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Señor Director:

Luego de leer la entrevista a la psicóloga Anneliese Dörr, publicada por el diario que usted dirige, me veo en la obligación de responder a sus aseveraciones, por contener numerosas imprecisiones, además de ataques personales.

En uno de sus dichos Anneliese Dörr pone en duda la validez y seriedad del trabajo que realiza Fundación Daya, y particularmente de mi rol como directora ejecutiva de la misma, señalando que “no se puede poner a debatir a profesionales de la salud especializados en investigación con personas del mundo artístico”.

Quisiera recordarla a la señora Dörr que considerar algo como verdadero por la posición de quien realiza la afirmación, es una falacia conocida como “argumento de autoridad”, que implica desconocer la argumentación opuesta por carecer, supuestamente, de esta misma autoridad. Siguiendo esa misma lógica se podría cuestionar, desde la vereda de la psiquiatría, la pertinencia del cargo que ostenta la Sra. Dorr, poniendo en duda sus capacidades como directora del Departamento de Siquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, por el hecho de ser “sólo” psicóloga y no contar con estudios en siquiatría. Por supuesto que nosotros no compartimos esta forma de razonar apoyada en este argumento falaz.

CONCE UDD

Mi trabajo como directora ejecutiva y vocera de Fundación Daya se basa en difundir el trabajo de un equipo de desarrollo e investigación integrado por médicos, neurólogos, biólogos y profesionales afines, quienes trabajan con los más altos estándares de investigación científica, lo que les ha permitido ser invitados a exponer las conclusiones de sus estudios y experiencia clínica en numerosos congresos internacionales, tales como el 12° Congreso Europeo de Epileptología realizado en Praga en 2016, el 32° Congreso Internacional de Epilepsia a desarrollarse en Barcelona, España, en septiembre de 2017, y en el 23° Congreso Mundial de Neurología que también se llevará a cabo en septiembre de este año, en Kioto, Japón.

En su entrevista, Anneliese Dörr señala “que la marihuana nunca ha sido medicinal”, que “no se ha demostrado que la marihuana sirva para tratar cáncer, inflamación intestinal o mal de Parkinson”, que “es bastante discreta la evidencia científica que sostiene que  los cannabinoides que se extraen de la marihuana son eficientes para el tratamiento del dolor crónico y la espasticidad” y que “existe poca evidencia de calidad científica respecto al uso de cannabinoides en mejora de vómitos y nauseas por quimioterapia, en trastornos de sueño y síndrome de la Tourrette”.

Lamentamos que una profesional de la salud que realiza investigación científica llegue a desconocer estudios tan relevantes como “Efectos en la Salud del cannabis y los cannabinoides: el estado actual de las evidencias y recomendaciones para la investigación” realizado por la Academia de Ciencias de EE.UU.

24625-0309453046-450 En él se presentaron casi 100 conclusiones, entre las que  se señala que existe el máximo nivel de evidencia  científica sobre la eficacia del uso de cannabis o los  cannabinoides para el tratamiento de dolor crónico, para  su uso como antiemético, para  disminuir los efectos  adversos de la quimioterapia y para  mejorar los  síntomas de espasticidad de la esclerosis múltiple.  Además el estudio señala que existe un nivel de  evidencia científica moderada en el uso del cannabis  para la mejora de los síntomas del síndrome de Tourette  y en mejorar el sueño a corto plazo en personas con  trastornos del sueño, solo para refutar los ejemplos  establecidos en sus dichos.

 Para finalizar quiero aclarar que compartimos la  preocupación por el uso de sustancias en niños y  jóvenes, para lo cual hemos desarrollado un programa  educativo a implementar en establecimientos  educacionales, basado en un enfoque de reducción de  daños. En este ámbito, que nada tiene que ver con el uso  medicinal del cannabis, la psicóloga me acusa de realizar  una afirmación falsa sobre su estudio «Efectos del  consumo de marihuana en escolares sobre funciones  cerebrales demostrados mediante pruebas  neuropsicológicas e imágenes de neuro-SPECT» (2013),  cuando señalé que los resultados de dichos estudios eran  cuestionables por no haber aislado el factor alcohol en  los sujetos que participaron.

Quisiera recordarle a la señora Dörr que fue ella misma quien reconoció este hecho en una mesa de trabajo realizada el año 2015 en dependencias del SENDA bajo la dirección de Lidia Amarales, en la que participamos representantes de distintas organizaciones, entre ellas diversas sociedades médicas, el Colegio Médico, la Red Chilena de Reducción de Daños, entre otras. Es hora de reemplazar la doctrina por evidencia veraz y reflexión.

Por último, existen diversos estudios que contradicen los resultados obtenidos por la investigadora. Uno de ellos es “Cambios longitudinales en la integridad de la materia blanca entre los usuarios de sustancias adolescentes” (2012), que en sus conclusiones señala que las imágenes mostraron un mayor deterioro en la materia blanca del cerebro –lugar donde se realizan la sinapsis- en los consumidores de alcohol y que en cambio esto no se observó en lo usuarios exclusivos de cannabis.

Un estudio que efectivamente aisló ambos factores en los sujetos de estudio. Quizás por ello los resultados de este estudio han sido citados en otros 77 artículos científicos y fue publicado en una revista con factor de impacto de 3.48, mientras que el estudio de Anneliese Dörr sólo ha sido citado en 7 artículos y fue publicado en una revista con un factor de impacto de apenas 0.16, lo cuál nos habla de qué tan validada está dicha investigación por sus pares científicos.

Ana María Gazmuri

Directora Ejecutiva de Fundación Daya