Porque el dolor de las madres argentinas es el mismo de las madres chilenas, porque han tenido el coraje de mostrar con la frente en alto que cultivan cannabis y que nada ni nadie les impedirá seguir haciéndolo, hoy dicen, fuerte y claro:

 

mcchi mcarg

MAMÁCULTIVA CHILE Y MAMÁCULTIVA ARGENTINA DECLARAMOS
He aquí un colectivo de mujeres madres. Madres que durante largo tiempo fuimos esclavas de enfermedades denigrantes. Las encefalopatías severas de nuestros hijos, nos mantuvieron encerradas, devastadas y abatidas, hundidas en la más profunda de las depresiones, en el más absoluto silencio. Marcadas por la mirada discriminatoria de aquellas que tienen tiempo para la dieta, el shopping, la conversación vacía. Nosotras, en pantuflas y rodete, entregadas al destino de no ser nadie, venimos a declarar que:
Renunciamos de hecho a la imposición patriarcal de la autoridad médica, como única fuente de conocimiento, que no contempla la experiencia del paciente para aliviar su dolor.
Somos madres y mujeres soberanas de nuestro cuerpo y libres de elegir lo que creemos mejor, para nuestros hijos e hijas nacidos de nuestras entrañas.
Estamos atravesadas por maternidades que nos reivindican y nos empoderan en la batalla cotidiana por el bienestar de nuestros hijos e hijas.
Hemos decidido movilizarnos para desarticular prejuicios y mandatos culturales que nos quieren imponer una manera única de entender la medicina.
Creemos que es posible entender el binomio salud-enfermedad, desde una concepción humanitaria, que nos incluya, que nos contemple, que nos escuche, que se haga eco de nuestro saber, que no excluya las alternativas naturales contra la multimedicación que convierte a los pacientes en víctimas de un sistema que los deshumaniza.
Teníamos los ojos inundados de tristeza e impotencia cuando conocimos el cannabis como tratamiento para nuestros hijos, y al ver su reacción, su sonrisa, su mirada chispeante, su dulzura gestual… nos vimos invadidas de una verdad Universal. Nos vimos en la obligación de salir a declarar que volvemos desde la más oscura de las soledades a la feminidad que habíamos perdido, que no es una feminidad cualquiera. Es una feminidad extrema, feminista, combativa, exaltada y política. Esta es una declaración de amor. Y también de revancha. Nosotras pudimos. Todas podemos.