Cuando el cultivo de cannabis está destinado al “consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo” —lo que incluye a los tratamientos médicos y a su uso recreacional— no está prohibido en Chile, por lo tanto no constituye falta ni delito y no requiere autorización alguna.

La normativa vigente en el país persigue el tráfico de ciertas sustancias, dentro de las cuales se encuentra el cannabis. Regalar o vender la planta, así como cualquiera de sus productos o derivados (cogollos, preparaciones medicinales, extractos), legalmente se considera como una conducta de tráfico. Para más información legal, pueden leer este artículo. 

ELECCIÓN DE SEMILLAS

Saber cuál es la semilla más adecuada dependerá de los efectos que busquemos lograr con las flores (cogollos) de la planta que cosecharemos.

La larga historia de domesticación del cultivo de esta especie vegetal ha llevado a la cruza de diferentes variedades o cepas. De esta forma se ha logrado mezclar las características de las principales subespecies de cannabis:

Cannabis sativa sativaSu principal efecto es estimulante y eufórico. Dentro de su potencial medicinal genera los siguientes efectos: vigoriza, alivia el dolor, reduce náuseas y estimula el apetito.

Cannabis sativa índicaSu principal efecto es relajante y sedante. Dentro de su potencial medicinal genera los siguientes efectos: alivia el dolor y el malestar, reduce la ansiedad y el estrés, induce el sueño, reduce la inflamación y es un potente estimulante del apetito.

Cannabis sativa ruderalisA diferencia de las variedades índica y sativa, su periodo de floración no depende de los ciclos de luz, por lo que puede florecer luego de periodos de crecimiento muy cortos. Se ha mezclado con variedades indica y/o sativa para poder acortar el ciclo de vida de la planta, llegando a estar listas para su cosecha en tan solo 70 días desde su germinación. Lamentablemente la cantidad y calidad de resina que contienen estas plantas las hacen poco atractivas para un usuario medicinal y no son recomendadas por la fundación.

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¿Cómo elegir las semillas?

La mayoría de las semillas disponibles en el mercado son plantas híbridas: es decir, presentan distintos porcentajes de cannabinoides como el THC, CBD, terpenos (moléculas aromáticas de la planta) y otros componentes químicos de la cannabis, cuyas concentraciones varían según cada cepa.

Para su uso en el tratamiento de una enfermedad o dolencia, la eficacia del medicamento cannábico dependerá de:

  • El tipo de planta cultivada del cual se obtuvo la materia prima (flores o cogollos) a utilizar en el preparado medicinal.
  • El método de preparación medicinal utilizada y la dosificación adecuada a la hora de administrarlo.
  • El organismo del paciente: es decir, no todas las personas reaccionan de igual manera a la misma cepa.
  • El nivel de tolerancia que tenga el paciente a los componentes del cannabis. Es decir, queé tan habituado esté su organismo al consumo de dichos componentes.

Es por ello que para un cultivo de uso medicinal, recomendamos asesorarse con alguno de los terapeutas de Fundación Daya para saber cuál es la semilla más adecuada para el paciente.

SEMILLAS AUTOMÁTICAS V/S FEMENIZADAS

En términos generales, la cannabis es una especie vegetal cuyos proceso de crecimiento y floración (etapa en que comienza a producir los cogollos) es controlada por las horas de luz que recibe. Tanto las semillas “automáticas” o “autoflorescientes” como las femenizadas, son semillas de plantas hembras, ya que las plantas femeninas de cannabis son las únicas que producen flor (cogollos).

La diferencia entre ambas radica en que las plantas de semillas “automáticas” siguen su proceso de crecimiento y floración independiente de los ciclos de luz, permitiendo cosechar en menor tiempo (entre 65 y 80 días después de ser plantada).

Para el uso medicinal recomendamos cultivar semillas feminizadas, ya que sus flores pueden producir hasta tres veces más resina que las plantas de semillas “automáticas”. Y es en la resina donde se concentran las propiedades terapéuticas de la planta.

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TIPOS DE CULTIVO: EXTERIOR V/S INTERIOR

Cultivo en exterior: dado que en este tipo de cultivo los fotoperíodos (horas de luz / horas de obscuridad que recibe la planta) están dados por el ciclo solar, permite tener una sola cosecha anual. En el hemisferio sur la fecha de siembra ideal en exteriores es durante el mes de septiembre y su cosecha en marzo/abril. Este tipo de cultivos suelen producir plantas de mayor tamaño y poseen dos ventajas sobre los cultivos indoor (interior): la cantidad de flores cosechadas es mayor y no necesitan de un equipamiento especial para su desarrollo.

Cultivo en interior: Como en este tipo de cultivos los fotoperíodos son controlados de manera artificial, se pueden conseguir varias cosechas en un año. Su principal ventaja es la seguridad, ya que es más fácil evitar robos o denuncias por avistamiento de plantas. Además, al manejar las condiciones que recibe la planta, permite adaptar el cultivo a las necesidades medicinales de cada paciente. Su desventaja es que el cultivo indoor requiere de un equipamiento especial (carpa, focos, ballast para mantener estable la corriente eléctrica, sistema de ventilación, temporizadores, macetas y sustratos) que permite replicar artificialmente las condiciones que la planta necesita. Ello implica mayores gastos que un cultivo exterior. Por otra parte, en cultivos interiores generalmente tenemos muchos mas problemas y desequilibrios que en un cultivo exterior.

ETAPAS DE DESARROLLO DE LA PLANTA

Germinación: es el proceso que va desde el día en que activamos la semilla hasta que una vez en la tierra, la planta ya desarrolló sus raíces, el primer par de hojas y la cáscara de la semilla se desprendió. Hay varias formas de germinar la semilla. Como Fundación recomendamos la “técnica OVNI” por ser la más eficiente:

  • Poner las semillas separadas entre dos servilletas húmedas.
  • Depositar las servilletas entre dos platos hondos.
  • Guardarlo en un lugar sombrío. La temperatura ideal para este proceso está entre los 22º C y los 25º C. La humedad ideal entre el 70% y el 90%
  • Monitorear la humedad cada doce horas y volver a humedecer si es necesario: si las servilletas se llegan a secar, las semillas morirán de inmediato.
  • Trasplantar a tierra una vez que la semilla haya desarrollado aprox. 0,5 cms. de radícula (raíz).
  • Plantar en tierra húmeda a un cm. de profundidad.
  • Hay que asegurarse que en estos primeros días la semilla tenga humedad sin llegar a que haya agua encharcada.

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Crecimiento vegetativo: es el proceso en que la planta desarrollará estatura y densidad de follaje. El momento en que el cultivador puede determinar el tamaño, la forma y el rendimiento de las plantas. Lo común es que en esta etapa en un cultivo indoor, se usen fotoperíodos de 18 horas de luz por 6 horas de obscuridad.

Floración: es el proceso en que la planta comienza a desarrollar las flores que a través de su resina, nos entregarán las propiedades terapéuticas y psicoactivas de la planta. En exterior esta etapa se inicia al disminuir las horas de luz solar disponible. En indoor se produce replicando ese mismo fenómeno al cambiar el fotoperíodo a uno de 12 horas de luz por 12 horas de obscuridad.

Cosecha: el momento ideal para cosechar dependerá del efecto que se busque generar con las flores de la cannabis. Para ello debemos observar los tricomas: las glándulas presentes en la flor de la planta, que sintetizan los químicos naturales del cannabis. A simple vista los tricomas se ven como una capa azucarada que cubre las flores. Para ver su estado de maduración se requiere utilizar una lupa o microscopio de 60x o más. Según el color que presenten es el efecto:

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Tricomas transparentes: no cosechar

Tricomas blanco – lechoso: mayor efecto energizante y eufórico.

Tricomas 10% transparentes – 80% blancos – 10% ámbar: Momento ideal para la mayoría de las cosechas con fines medicinales.

Tricomas ámbar: mayor efecto relajante y narcótico.

Secado: El secado de las flores de cannabis (cogollos) es uno de los pasos más importantes para conseguir una gran calidad en nuestra cosecha. Lo primero que se debe hacer es «manicurar» la planta: cortar las hojas de las plantas, dejando sólo las pequeñas hojas resinosas de alrededor de los cogollos. Debemos hacerlo cuando acabamos de cortar la planta, también se puede realizar cuando la planta aún está viva, concretamente en sus últimos días de vida.

El secado debe realizarse en un lugar seco, fresco y oscuro y ventilado. Las ramas manicuradas las podemos tender en hilos, como quien tiende la ropa, o utilizar secadores de red que podrás encontrar en los grow shops. Este proceso debe durar entre dos o tres semanas según las condiciones climáticas del lugar. Cuanto más lento sea este proceso, los aromas y sabores de las plantas se mantendrán de mejor manera.

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Curado: Cuando la materia vegetal que tenemos en el proceso de secado está lo suficientemente crujiente (es decir, que las ramitas al doblarlas se rompen) se inicia el proceso de curado. Para ello, se deben poner las flores de cannabis en cajas de cartón o madera (sin barniz). Se debe abrir la caja cada día y voltear un poco las flores. Tras los primeros días de curado parecerá que las flores vuelven a humedecerse, producto de que la humedad que queda en el interior de los cogollos, sale hacia el exterior. El proceso de curado dura entre dos y tres semanas y lo daremos por concluido una vez que la materia vegetal vuelva a estar crujiente.

CURSOS Y TALLERES DE CULTIVO

Tanto en el crecimiento como en la floración son muchos los factores que pueden influir en el rendimiento de la planta: nutrientes, oxígeno, acidez del agua de riego y la tierra de cultivo, temperatura, humedad, ventilación, semanas de aplicación de los fotoperíodos. Junto a ello, pueden aparecer plagas que debemos eliminar sin usar pesticidas, ya que estos se traspasan al organismo tanto en el uso medicinal como recreativo del cannabis. Es por esto que a todos los pacientes les recomendamos inscribirse en alguno de los talleres de cultivo que se imparten martes por medio en la sede de Daya Santiago y ocasionalmente en regiones, directamente con su terapeuta.

Para quienes deseen aprender a cultivar y no sean pacientes de la Fundación, le recomendamos inscribirse en el Taller de Cultivo. Dura un módulo semanal durante un mes. Inscripciones en cursoautocultivo@fundaciondaya.org En ellos podrán aprender desde cómo enfrentar la aparición de plagas a realizar correctamente el proceso de secado de las flores de cannabis. Más información sobre los cursos en este enlace.