TESTIMONIOS

Andrea y su hija Florencia
Hola, soy Andrea Callejas, mamá de mellizas, María Jesús y Florencia Paz, escribo desde Viña del Mar para dar testimonio del tratamiento de cannabis. Mis nenas nacieron prematuras de 30 semanas. Una de ellas evoluciono favorablemente y sin complicaciones (María Jesús) pero nuestra Flor (Rut 24.585.308-4) quedo con secuelas debido a su gravedad. Perdió la movilidad de sus piernas y presenta y leuco malacia periventricular, parálisis cerebral, lo cual trajo consigo retraso en el desarrollo sicomotor. A los 5 meses de edad presento una síndrome de west bastante agresivo, se le hizo un tratamiento con ACTH que la dejo prácticamente como un trapito y con la perdida de todo desarrollo sicomotor que había adquirido y lo más duro perdió su sonrisa. Fue horrible para todos, la impotencia y la pena nos inundaron por completo…lo que es peor el miedo a que volvieran las convulsiones. Mientras estaba en el tratamiento con ACTH busque información de algo alternativo y estaba dispuesta a hacer lo que fuera, allí fue cuando se me acerco una enfermera contándome del aceite de cannabis, inmediatamente busque información y conseguí el contacto de Ana María Gazmuri. Mientras esto pasaba Florencia tuvo una convulsión bastante larga y comenzaron a volver los espasmos. Me decidí y busque a Ana María, me recibió en la fundación y nos ayudó y guío en el tema, como era pequeñita decidí darle el aceite de cannabis pero a una concentración más baja (lo consume al 30 por ciento) y la verdad fue fantástico. Llevamos 7 meses y nunca más tuvo ni siquiera 1 espasmo, cuando duerme descansa y está completamente conectada. El miedo paso a segundo plano y la sonrisa de Florencia volvió.
Soy Ingeniero Agrónoma, conozco propiedades de plantas medicinales que se han usado por años para diversas enfermedades gracias a la investigación, hoy en día tenemos una planta que puede mejorar la CALIDAD DE VIDA de tantas personas, he visto como mejoro la calidad de vida de nuestra hija, la veo jugar con su hermana, la veo en sus terapias, la escucho balbucear, pedir comida, pasear, veo un futuro en ella y me parece insólito que aún no se regule legalmente el uso medicinal y la investigación del cannabis en nuestro país. Es nuestro derecho elegir y vivir mejor.
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