TESTIMONIOS

“A MÍ EL TRATAMIENTO CON CANNABIS ME DEVOLVIÓ LA ENERGÍA”
La señora Juana lleva más de dos años siendo paciente de Fundación Daya. Si bien primero comenzó su tratamiento con cannabis sola, hoy decide hacerlo acompañada y guiada por los terapeutas y doctores de la Fundación. Para ella la planta fue una salvación y por lo mismo, está ansiosa por contar su testimonio.
Hace 10 años Juana Rivera pasó por uno de los momentos más difíciles de su vida. “Me diagnosticaron con fibromialgia, un cuadro vertiginoso, un herpes zóster en la cara, un edema en la super renal izquierda, una lesión en el manguito rotador, además de los dolores por la artrosis y la edad”. Eso, sumado a algunos problemas personales, le provocaron una fuerte depresión. “Mi hija me recomendó un tratamiento con cannabis y ahí empecé a investigar. Para mis las plantas son muy sabias, me gusta mucho esa medicina”.
Hace años tomó algunos medicamentos, pero su cuerpo no los toleraba muy bien. “Para la fibromialgia nada me servía. El dolor era tan grande, que me tocaba el pelo y me dolía. Eran insoportables. Cuando sufrí el cuadro de vértigo, no me podía parar. Fueron un cúmulo de cosas que me llevaron a pensar que estaba con las energías muy bajas”, afirma.
Una amiga le comentó sobre Fundación Daya hace dos años y desde ese momento sólo se trata con cannabis. Recuerda con mucho detalle la primera vez que probó el aceite de cannabis. “Fue un alivio inmediato. Todos los dolores se fueron y pude dormir bien. Con el tiempo fui dándome cuenta de que me hacía muy bien. Así fui aprendiendo de los beneficios de cada uno de los formatos”.
Hoy ha participado varias veces de los cursos de cultivo personal y preparados medicinales. “Apenas tenga el espacio, voy a cultivar mis plantas. Qué mejor que usar tus manos para preparar tu propia medicina. Es importante aprender a conectarse con lo natural. Una se toma pastillas para despertar, para dormir, tantas. Mi idea no es llenarme de medicamentos”, cuenta Juana.
“Agradezco mucho a la Fundación Daya en cómo me han guiado. Es muy importante saber sobre las dosificaciones correctas. Quiero mi cuerpo, quiero mi vida y estoy cada vez más convencida que la verdadera medicina está en la naturaleza. No estoy en contra de los médicos, mis dos hijos son médicos, ellos estudian para guiarnos, pero tienen que darte todas las alternativas para sanarse. A mí el tratamiento con cannabis me ha ayudado un montón, me devolvió la energía. He logrado tener más consciencia de mi cuerpo, entender mis dolencias”, afirma.
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