Nuestra sala de espera está habitualmente repleta de personas. Cada una de ellas llega con un historial de esperanzas y sufrimientos, de empeño por salir de una zona de dolor para encontrar alivio en el cannabis. No se trata sólo de pacientes esperando una atención. Son vidas que buscan un camino hacia su sanación. Y eso se respira en este cálido recinto.
Por esto mismo, no es extraño conocer en nuestra sala de espera, muchas historias personales, que la gente desea compartir, quizás como parte del mismo proceso de sanación, entendiendo que en esa búsqueda, los pacientes de Daya no son individuos aislados.
Con ese espíritu, se acercó hasta nosotros el psicólogo Eduardo Barrera, quien además de ser usuario de cannabis medicinal, nos contó su experiencia desde la sonoterapia. Esta es una disciplina que utiliza recursos musicales y sonoros como complemento de un tratamiento. En su caso, desde la psicología, Eduardo utiliza un instrumento chino de percusión, conocido como “happy drums”.
El nombre del instrumento, nos cuenta Eduardo, de todas maneras, puede variar de acuerdo a quien lo utilice. Recogiendo una tradición donde la práctica es personalizada desde la raíz, Eduardo aprendió a construir su instrumento, el que hizo a partir de material reciclado. Luego, su propia versión fue bautizada como “Tao Drums”, que es el nombre con el que se le puede ubicar en redes sociales.
Eduardo Barrera no se conforma con explicar verbalmente en qué consiste su habilidad musical. Así, durante la mañana del 4 de junio de 2019, mientras esperaba su turno para ser atendido por profesionales de Daya, sacó su Tao Drum, se sentó tranquilamente y comenzó a llenar el ambiente con sus evocadoras vibraciones. Escuchándolo así, integrado a la rutina de nuestra Casa Daya, con pacientes pidiendo hora, las telefonistas atendiendo llamadas y personas esperando, se entiende el sentido de este tipo de música. Una sonoridad intensa, emotiva, sanadora y vital.
Como una manera de completar el círculo vital de dar y recibir, Eduardo dejó en la sala de espera uno de sus Tao Drums, para que otros pacientes pudieran experimentar la sensación de generar sonidos que sintonicen con su proceso de curación.Ahora se pueden ver pacientes de todas las edades, percutiendo con curiosidad y empeño el Tao Drum, antes de ser atendidos en nuestras consultas.
Agradecemos a Eduardo su disposición para compartir la sensibilidad de su arte, que calza perfecto con la misión que como Fundación nos hemos dado. El amor compasivo también es música, es algo que vibra en el aire y que llena la atmósfera, mientras se busca sanación.
(Eduardo Barrera puede ser contactado en el mail e.barrera.ps@gmail.com)
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