Estuvimos en San Fernando el 19 de marzo de 2019, como parte de nuestras tareas educando sobre el uso medicinal del Cannabis. Y el grupo humano con que nos encontramos en dos reuniones y muchas conversaciones, da cuenta de una comunidad que se reconoce.
Con más de 73 mil habitantes, San Fernando es la ciudad más importante de la provincia de Colchagua. Ha sabido conservar una identidad de lugar tranquilo, con gente sin apuro que avanza por sus calles.
Hablamos de pacientes, de personas que cuidan a otras personas, hablamos de un colectivo de profesionales de salud que se reunieron en dos encuentros para conocer la labor de Fundación Daya y los alcances y usos del cannabis medicinal. Nos sorprendió gratamente que la convocatoria más que duplicara la capacidad del lugar para la primera charla. Esto habla de varias cosas. Primero, queda clara la necesidad que existe en San Fernando de conocer de primera fuente la realidad, la experiencia y la evidencia del cannabis en Chile. Sin intermediarios, sin mitos, oyendo a profesionales que impulsan el tema. Segundo, constatamos que es una necesidad movilizante, porque esta cantidad de gente no se quedó en el ámbito de internet y acudió a la cita a un encuentro real con gente de verdad. Y eso, en tiempos de aislamiento e individualismo, dice mucho de la intensidad del asunto a tratar. Y tercero, pero muy importante, el diálogo con esa comunidad dio cuenta de un grupo preexistente de pacientes, de médicos, de profesionales de la salud, que en distintos grados, ya están involucrándose en el cannabis medicinal. Desde sus realidades personales y profesionales, conocen que existe una alternativa, saben que esa alternativa no es todo lo accesible que debería, y se movilizan para acceder a ella.
En San Fernando conocimos una amplia gama de pacientes y usuarios. Oncologicos; dolor crónico; psicología y psiquiatría; neurología. Incluso personas que se recuperaron de uso problemático de drogas (pasta base en específico), más los profesionales de salud que acudieron, toda esa gente conforma una comunidad que se reconoce en actos como este. Y es bueno que eso suceda. Que confirmen que, en un país de salud privatizada e individualizada, hay alternativas que vienen del saber ancestral, y que se manifiestan en esfuerzos sociales y colectivos.
Para nosotros, en Fundación Daya, es muy satisfactorio ser invitados a instancias como esta, que reafirman el compromiso que tenemos por aliviar el sufrimiento humano. Agradecemos la invitación del colectivo Joan Florvil, que no sólo organizó el encuentro, sino que está proyectando un creciente protagonismo sobre el tema cannabis en San Fernando. Sabemos que lo harán con pasión y amor, pero también con rigor y profesionalismo. Es lo que necesita esa creciente comunidad de San Fernando, donde sin duda serán sus protagonistas. Experiencias como esta no son casos aislados. Cada vez más personas en todo Chile van asumiendo la realidad del cannabis y sus efectos beneficiosos. Esperamos que el mundo político sepa leer estas señales, y que apruebe en el Senado la Ley Cultivo Seguro, una necesidad sentida y de primer interés justamente para esa comunidad creciente, en San Fernando y en todo nuestro país.
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