Las elecciones presidenciales del 2017 ya han dejado entrever las diversas posturas de los candidatos que aspiran a obtener el sillón de La Moneda. Y frente al cambio de paradigma que vive el país, gracias al trabajo de numerosos activistas y organizaciones como Fundación Daya, Movimental, Red Chilena de Reducción de Daños, Cultiva Medicina, Cultiva Valpo y Triagrama, que convirtieron a Chile en un referente para el resto de la región en materia de investigación, desarrollo y uso medicinal del cannabis, así como en la defensa de los derechos personales y colectivos de todos los usuarios, la regulación del cannabis ha sido parte del incipiente debate.
Por ejemplo, la semana pasada en el programa de TVN “El Informante”, los candidatos del Frente Amplio, Beatriz Sánchez y Alberto Mayol, expresaron estar a favor de una mejor regulación del cannabis. Frente a la pregunta realizada por el conductor del programa, José Manuel Astorga, sobre si “¿legalizarían otras drogas además de la marihuana?”, la periodista y candidata presidencial, Beatriz Sánchez, fue enfática en responder que no, pues sólo es partidaria de regular de mejor manera el uso del cannabis, calificando a la actual ley 20.000 como “una ley extraña… Lo que se debe hacer es una ley coherente”.
La candidata además señaló estar a favor de un autocultivo restringido, pero que cubra las necesidades de los usuarios de cannabis medicinal, (ya que como sabemos, el número de plantas y la cantidad de cogollos necesarias para los tratamientos varía mucho según la patología a tratar) así como estar “a favor de su consumo recreativo”. Junto con ello, destacó el trabajo que ha llevado a cabo Fundación Daya y la organización Mamá Cultiva, agrupación de madres que atienden a sus hijos e hijas con cannabis medicinal, gracias al autocultivo. Destacó además las ventajas económicas del autocultivo frente al alto precio de los medicamentos en base a cannabis que se están importando a Chile actualmente, los que pueden llegar a costar un millón de pesos al mes.
Ante la misma pregunta, el sociólogo de la Universidad de Chile y candidato presidencial, Alberto Mayol, señaló que el sistema de salud público actual no tiene las condiciones necesarias para legalizar otras drogas aparte del cannabis, planta que debe ser legalizada, según expresó, junto a una fuerte campaña de prevención e información.
“Se sabe en el mundo que efectivamente la marihuana antes de cierta edad, sí produce problemas”, señaló. “La planta tiene efectos medicinales pero también genera problemas sobre todo el consumo en la infancia, la adolescencia o incluso hasta los 20 años. Entonces creemos que debe haber un resguardo fuerte para que no haya acceso y posibilidad – aunque existan plantaciones en las casas, los que me parece muy bien- de consumo para este sector. Y para eso se requiere mucha educación antes de los 18 años” expresó Mayol.
Mientras tanto, la candidata presidencial de la DC, Carolina Goic, quien sufrió un cáncer linfático hace cuatro años, declaró en entrevista con el programa Mentiras Verdaderas de La Red, ser “partidaria del uso medicinal del cannabis, de todas maneras. No solamente porque te ayuda, eso está demostrado, si no para también tener una regulación que te garantice que efectivamente lo que te están dando es aceite de cannabis”, señaló. Así mismo en entrevista con revista Capital, expresó estar en contra de la legalización completa de la cannabis.
Por su parte, el candidato apoyado por el PC, PS y el Partido Radical, Alejandro Guillier, manifestó en una entrevista con revista Cáñamo, su posición en favor a la legalización del cannabis. “No saco nada con penalizarlo, es una pérdida de tiempo. No hay que invocar las políticas públicas prohibiendo ciertos accesos, cuando hoy es imposible evitar que la gente acceda a lo que quiera”, expresó Guillier.
Desde la otra vereda política, Sebastián Piñera expresó su postura prohibicionista en el programa “Con la Banda Puesta” de Radio Candela, manifestando su rotundo rechazo al declarar que “no voy a hacer nada que signifique aumentar el número de niños y jóvenes chilenos que hayan caído en las garras de la droga, porque la droga es muerte, es perdición, la droga es sufrimiento”. Postura que reiteró en entrevista con Mentiras Verdaderas señalando que la «legalización genera aumento de consumo» y que los efectos medicinales de la cannabis «no están probados». Ambas afirmaciones son falsas.
Sólo un ejemplo con respecto al último punto: la Academia de Ciencias de EE.UU publicó en enero de este año un informe titulado «Efectos en la Salud de la cannabis y los cannabinoides: el estado actual de las evidencias y recomendaciones para la investigación«, en él, un comité experto de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE.UU presentó casi 100 conclusiones relacionadas con los efectos sobre la salud del cannabis y los cannabinoides.
Sobre sus efectos medicinales, el informe señala que existe el máximo nivel de evidencia científica sobre la eficacia del uso de cannabis o cannabinoides para el tratamiento de dolor crónico, para su uso como antiemético, para disminuir los efectos adversos de la quimioterapia y para mejorar los síntomas de espasticidad de la esclerosis múltiple.
Además señala que existe evidencia de nivel moderado o limitado (es decir, que las investigaciones que se han realizado han demostrado la eficacia del cannabis, pero que se requiere más investigación para que esos resultados sean concluyentes) en el uso del cannabis para mejorar el sueño a corto plazo en personas con trastornos del sueño, para quienes padecen el síndrome de apnea obstructiva del sueño, para tratar la fibromialgia, y para generar un aumento del apetito y disminuir la pérdida de peso asociada con el VIH / SIDA. Además, señala el estudio, existe el mismo nivel de evidencia de que el cannabis mejora los síntomas del síndrome de Tourette, de la ansiedad social, del estrés post traumático, de la demencia, de los síntomas depresivos en pacientes con dolor crónico o esclerosis múltiple, además de ayudar a una mejor recuperación después de una lesión cerebral traumática o hemorragia intracraneal, bajando la mortalidad y el nivel de discapacidad que provocan dichos accidentes, y mejora la presión intraocular relacionada con el glaucoma.
Otro estudio hecho público el pasado 25 de mayo a través de The New England Journal of Medicine, una de las revistas médicas más importantes y prestigiosas del mundo, demostró que el CBD, uno de los compuestos químicos de la cannabis, reduce eficazmente el número de convulsiones en pacientes de síndrome de Dravet, un tipo de encefalopatía epiléptica muy severa. Esto, sumado a estudios anteriores, hace que hoy exista el máximo nivel de evidencia científica sobre la eficacia del uso del cannabis en reducción de convulsiones epilépticas.
Dichos del ex Presidente que contradicen los resultados de numerosos estudios internacionales, incluido el Reporte Federal del Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas del gobierno de EE.UU. (NIDA en sus siglas en inglés), símil institucional del SENDA chileno, que en su encuesta anual “Monitoreando el Futuro”, publicada en diciembre pasado, cuando ya se podían medir los efectos de la regulación del uso de cannabis en varios Estados de ese país, señaló que “los resultados muestran un continuo declive a largo plazo en el uso de muchas sustancias ilícitas, incluyendo la marihuana, así como el alcohol, el tabaco y el mal uso de algunos medicamentos recetados, entre los adolescentes de la nación”.
Un hallazgo que sorprendió a los investigadores: “Sobre la base de los cambios en la legalización de algunos Estados (con respecto al cannabis), la cultura en los Estados Unidos, así como la disminución de las percepción entre los adolescentes de que la marihuana era perjudicial, habíamos predicho que la accesibilidad y el uso subiría, pero no ha subido«, declaró en la ocasión la directora del NIDA, la Dr. Nora Volkow. Pueden leer el informe en este enlace.
Por su parte, el candidato de Evópoli, Felipe Kast se mostró favorable a regular el uso del cannabis. En entrevista con el sitio web Pousta señaló que “el gran drama que tenemos con la marihuana es la cantidad de niños y jóvenes que están consumiendo mucho, y sobre todo en sectores muy vulnerables. Por lo tanto, el mejor escenario para mí sería tener una situación en donde permitiéramos a los adultos más libertad de acceso a la marihuana”.
Una postura similar a la de Piñera expresó el senador Manuel José Ossandón, quien en las bases programáticas de su candidatura presidencial señala que se opone a “despenalizar las drogas”, señalando que “al contrario de otros, que creen que el problema de la violencia del tráfico se soluciona con la legalización de las drogas, en especial con la marihuana, nuestro rechazo viene de que conocemos de primera fuente los dolores que las drogas terminan infringiendo en la población más vulnerable y sus familias”.
De esta manera el senador obvia con sus dichos, toda la vasta evidencia estadística, académica y científica disponible que demuestra que regular el acceso y uso del cannabis ha generado mejores resultados en temas de salud y seguridad que el prohibicionismo.
Así lo demuestra por ejemplo, el estudio “Estado de la Evidencia: Uso de Cannabis y Regulación” realizado por el International Centre for Science in Drug Policy, en el cual se analizó la evidencia disponible sobre los impactos de la regulación del cannabis en distintos países del mundo y estados de EE.UU., en materia de salud y seguridad.
“En general, los países que se sabe tienen las políticas de drogas más estrictas o punitivas no mostraron niveles más bajos de consumo de drogas en comparación con los países que tienen políticas más liberales o menos estrictas”, señala el estudio en una de sus conclusiones. “Los datos sugieren que el sistema de prohibición de drogas no ha tenido éxito en reducir la disponibilidad de cannabis.
En contraste, es de destacarse que los niveles de consumo de cannabis en los Países Bajos, donde éste ha sido de facto legalizado por décadas, se ubican por debajo de la mitad de aquellos encontrados en Estados Unidos durante el período previo a la regulación (20% vs. 42%) (Degenhardt et al., 2008) y que son similares o más bajos a los de países europeos vecinos (EMCDDA, 2015)”.
“En resumen”, prosigue el estudio, “la evidencia no sugiere que la disponibilidad, oferta o uso del cannabis se puedan controlar significativamente a través de la prohibición (por lo menos no más allá de efectos marginales, localizados y temporales).
Es importante destacar, sin embargo, que la regulación proporciona una amplia gama de herramientas a los tomadores de decisión (incluyendo la posibilidad de prohibir la publicidad, tasar los productos con impuestos, restringir la concesión de licencias y limitar el acceso a la droga de acuerdo a criterios de edad) que se ha demostrado pueden limitar con éxito el acceso de los jóvenes a sustancias como el tabaco (Gutiérrez y Pardo, 2015; Johnston et al., 2012)”.
Desde Fundación Daya invitamos a que los candidatos presidenciales en general, y sobre todo aquellos que manifiestan apoyar posturas prohibicionistas, se informen sobre el tema de manera rigurosa y libre de prejuicios, para que puedan usar como criterio la robusta evidencia científica, estadística y académica disponible —tanto en materia de usos medicinales del cannabis, como de regulaciones exitosas socialmente, además de los reales los daños que el consumo irresponsable de substancias puede provocar— para el diseño de políticas públicas sobre drogas. Evidencia que demuestra que la mayoría de los fantasmas del prohibicionismo (como que la regulación del cannabis dispararía el nivel de consumo, bajaría la edad de inicio del mismo, aumentaría la criminalidad o los accidentes de tráfico) son falsos o tienen poco sustento empírico, tal como lo señala el informe anteriormente citado, el cual pueden descargar en este enlace.
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