Un poco de historia…

El 29 de octubre de 2014 llegó el día; estábamos listos y preparados para comenzar con el primer cultivo de Cannabis legal en nuestro país y en varios miles de kilómetros a la redonda y también nuestro primer cultivo masivo, como equipo a cargo.

Partimos solamente Carlos y yo (Pablo Meléndez) en nuestro rol de cultivadores. Con harto sudor y horas de trabajo diario empezamos con las primeras tareas: mezclar sustrato,  hacer invernadero, comprar maceteros, conseguir abonos, tierra, ampolletas, soquetes, ventiladores, etc.

De a poco iba todo tomando forma y  sentíamos la felicidad de poder ver a nuestra compañera crecer para ir en ayuda  de 200 personas que sufren, y esto nos va ayudando a crecer a nosotros también, cada uno en su camino, pero yendo hacia el mismo lugar.

Y empezaron a llegar más amigos nuestros y de esta planta; llegó David con Luis, a los cuales les damos gracias por su apoyo de días y noches; después llegaron Pao y Marce que se convirtieron en los otros dos cultivadores de la fundación, siempre dispuestos a aprender y enseñar todo lo que saben. Llegaron también Dani, Joaco, Jorge, Seba, Ian y muchas personas más que vinieron a ayudar a que este proyecto saliera adelante. Después de más de 2900 horas de trabajo del equipo de cultivadores a cargo, después de 180 días de comenzado este proyecto, podemos decir que cosechamos 100.200 grs de flores secas de alta calidad que beneficiarán no solo a los 200 pacientes de este estudio clínico sino a todo el mundo. (Estudios masivos de estas características no existen dentro de la bibliografía mundial).

También es momento de agradecer a las organizaciones que colaboraron con este proyecto, damos gracias eternas a POS420, Cristián Ansaldo y Andrés Domínguez porque fueron los primeros que nos trajeron sustrato y abonos orgánicos de la marca BIOBIZZ para el desarrollo de este proyecto. Agradecemos también a TOPCROP y SiembraChile, que colaboraron con sustrato, abonos e implementos de cultivo. A Jardín San Joaquín que ayudó con el control preventivo de plagas y también con sustrato,  BIOSIM, y  a don Pablo Pino que sin pertenecer al rubro Cannábico nos supo escuchar y ayudar con sus productos agrícolas. Al equipo de jardineros y maestros de la Corporación Municipal de la Florida, que ante cada solicitud de ayuda respondían con una sonrisa y un Si!. Agradecer también a las autoridades que nos supervisaron, al equipo del SAG región metropolitana y oficina Maipo. Gracias por ser el apoyo que fueron en todo este proceso.

Ahora viene el proceso de extracción y validación del fitofármaco con las entidades gubernamentales que correspondan, esperamos que este proceso sea lo más  breve posible para que estas flores cultivadas con amor y dedicación puedan llegar pronto a esas personas que están sufriendo.

Desde la Fundación creemos profundamente que estamos en el camino correcto,  y agradecemos a todos aquellos que nos acompañan y ayudan para seguir construyendo una sociedad en la que la generosidad, el amor y la compasión primen en los vínculos humanos.

 

 

Pablo Meléndez y todo el equipo de Fundación Daya.

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