Columna del Director de Innovación Social de Fundación Avina, además de miembro del Directorio de Fundación Daya, Guillermo Scallan.
¿Con quién me identifico, con Adam Smith o con Marx y Engels? Aquí pareciera resolverse uno de los principales dilemas humanos de esta época. ¡Es una o es la otra y cuando es una ya no es la otra! ¡De ahí en adelante tengo aliados y enemigos y será importante reconocerlos! Con todo el respeto y compasión que siento por estos tres grandes pensadores, necesito declarar mi convicción: ¡Hoy, esta tensión artificial sólo sirve para atontarnos! Hemos dejado de pensar, todo lo simplificamos con una superficialidad preocupante.
¡Capitalismo o Comunismo, izquierdas o derechas, es una o es la otra, el mundo ya está definido, yo no tengo nada que aportar!
Mientras nos mantenemos o ¿nos mantienen? En esta absurda y artificial tensión, el mundo se nos cae a pedazos al lado y no nos damos cuenta.
Somos 7 mil millones de habitantes y 4 mil millones viven en la “base de la pirámide” (con menos de US$ 2 diarios); mil millones, no tienen agua potable, dos mil quinientos millones no tienen un baño. Desde lo ambiental, hemos superado 4 de los 9 límites ambientales que como humanidad nos habíamos trazado, el cambio climático es sólo uno de ellos. Hay que salir de esta pasividad inducida con creatividad. No necesitamos uno o dos modelos y menos polarizaciones absurdas, necesitamos millones de expresiones HUMANAS que nos ayuden a resolver el desafío que tenemos. Necesitamos despertar, estar activos, dispuestos a crear valor, dejar de pensar con la cabeza para pensar con el corazón.
La buena noticia es que esto ya está ocurriendo, millones de emprendedores y empresarios en el mundo, ponen por delante de la rentabilidad económica, la creación de valor social, el propósito y lo ambiental. Surgen nuevos sistemas financiero éticos exitoso, tecnologías que nos permiten soñar con el acceso universal al agua, plataformas que ponen a disposición capacidades múltiples (sociales, políticas, tecnológicas y económicas) para resolver los principales problemas regionales. Surgen los Sistemas B, los Doble Impacto, las Plataformas de Innovación con Sentido, Socialab, el movimiento Empresas Conscientes, en fin, millones de expresiones de la creación de valor que necesitamos.
La mala noticia es que todavía muchos se resienten al cambio y siguen apostando por modelo obsoletos que generan valor para pocos con externalidades negativas para muchos. La oportunidad es que la nueva economía que emerge en todo el mundo es inclusiva y colaborativa: ¡No hay que resistirse más! Tenemos que hacerlo juntos.
Fuente: Diario Financiero – Link original: https://www.df.cl/noticias/opinion/columnistas/la-tension-artificial-que-nos-oculta-el-drama-humano/2016-07-25/190659.html
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