Se trata de dos estudios retrospectivos realizados por el equipo de Fundación Daya que dan cuenta de los beneficios del tratamiento con preparados artesanales de cannabis para pacientes con epilepsia y autismo. El primero fue publicado en la Revista Epilepsia, mientras que el segundo en The Journal of Neurological Science.
Desde mayo del 2014 hasta febrero del 2016, Gisela Kuester, Alejandra Ahumada, Ana María Gazmuri y Paulina Bobadilla analizaron los beneficios experimentados por pacientes con epilepsia tratados con extractos orales de cannabis.
El estudio fue publicado en la Revista Epilepsia, uno de los ejemplares más importantes a nivel internacional con un factor de impacto de 5.3, y concluye que, de los once pacientes, la mayoría disminuyó significativamente la cantidad de convulsiones, uno quedó libre de convulsiones y tres no respondieron al tratamiento.
Los efectos adversos incluyeron irritabilidad e insomnio, pero se resolvieron fácilmente cambiando las dosis del tratamiento. La mayoría de los padres y pacientes informaron mejoría en el comportamiento, la cognición, el sueño, el estado de alerta y la función motora con cannabis.
Antes de ser publicado en Revista Epilepsia, el estudio fue presentado en el 12° Congreso Europeo de Epileptología, en Praga, recibiendo amplio apoyo por los asistentes.
Aquí puedes ver la publicación.
Con respecto al trastorno del espectro autista (TEA), el estudio realizado por la doctora Kuester, Karina Vergara, Alejandra Ahumada y Ana María Gazmuri investigó el uso de extractos orales de cannabis como un tratamiento prometedor para los síntomas centrales del TEA .
El método consistió en la revisión retrospectiva de 21 pacientes de Fundación Daya, atendidos entre junio de 2016 y marzo de 2017. El estudio publicado en The Journal of Neurological Science, importante revista con un factor de impacto de 2.5, señala que en la mayoría de los casos hubo mejoría de al menos uno de los síntomas centrales del espectro autista, incluida la comunicación social, el lenguaje o las conductas repetitivas. Además, las dificultades sensoriales, la aceptación de los alimentos, los trastornos de la alimentación y del sueño y/o las convulsiones mejoraron en la mayoría de los casos.
Las mejoras se midieron utilizando dos mediciones, la Impresión Clínica Global de Mejora (CGI-I) y el Índice de Estrés de Crianza de Autismo (APSI). Considerando ambos estándares, el 66,7% de los pacientes presentaron mejoría significativa.
El estudio concluye que, para esta muestra de pacientes, los extractos orales de cannabis fueron mucho más efectivos que los medicamentos convencionales. El estudio fue por primera vez presentado en el 23° Congreso Mundial de Neurología en Japón. La publicación está en el siguiente link.
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