A pesar del robo sufrido el sábado recién pasado, acto delictivo que afectó a la sede del grupo de voluntarios de Fundación Daya Quilpué generando pérdidas que superaron el millón de pesos -entre especies sustraídas y destrozos sufridos- lo que obligó al grupo a suspender la atención de pacientes momentáneamente, Fundación Daya Quilpué realizará los talleres con la comunidad tal cómo estaban programados.

El primero de ellos será un Taller de Cremas Cannábicas a cargo de la químico farmacéutico de la Universidad de Valparaíso y colaboradora de Fundación Daya Quilpué, Mariam Charifeh, este sábado 2 de diciembre desde las 16:00 hrs. “Enseñaremos cómo fabricar cremas en base a un extracto de cannabis en aceite de oliva, con productos que están a la mano y no son caros, para que los pacientes que por su patología lo requieran puedan elaborar de manera casera sus cremas”, señala Mariam.

“Son tres tipos de cremas: ünguentos, crema para masajes y crema humectante. Explicaremos las diferencias en el uso y la experiencia clínica con cada una de ellas, cómo elaborar estos tres tipos de cremas, las técnicas que se pueden utilizar, cuáles son las ventajas y desventajas de cada formato y para qué tratamiento es más idóneo el uso de cada una. Además entregaremos las formulaciones de esas cremas de manera impresa, para que los pacientes lo tengan como guía”.

Al explicar los objetivos del taller, Mariam Charifeh, quien llegó a estudiar el cannabis por su interés en las plantas medicinales que se utilizan desde la Antigüedad hasta el día de hoy, señaló que “el taller busca evitar que las personas terminen comprando cremas en base a cannabis en el mercado ilegal, ya que ni siquiera pueden saber si realmente contienen flores de cannabis ni pueden saber qué otros tipos de compuestos fueron utilizados en su elaboración o si están vencidas o no. Esto además sirve para que los pacientes sean cada vez más independientes en el acceso a sus tratamientos y vayan guardando sus cremitas, beneficiándolos al tener menos obstáculos”.

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Cabe destacar además que, junto a la proliferación de medicamentos en base a cannabis en el mercado ilegal, las cremas y aceites en base a cannabis que se venden en farmacias y tiendas cosméticas legalmente, están fabricadas en base a semillas de cannabis, por lo que no tienen efectos terapéuticos ya que estas propiedades se concentran en la flor de la planta.

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS CREMAS EN BASE A CANNABIS?

Tal como señala Karina Vergara, bióloga de la Pontifica Universidad Católica de Chile, master en ciencias ambientales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), master en biología ambiental en la Universitat de Barcelona y coordinadora del Departamento Investigación y Estudios Clínicos de Fundación Daya, se utilizan las cremas en base a cannabis particularmente en el manejo de dolores focalizados de origen muscular y reumático, como formato complementario en el manejo del dolor crónico y en enfermedades dermatológicas como la psoriasis, la dermatitis y las urticarias.

“A parte de utilizar los medicamentos sintéticos, que son los que más se ven en las farmacias, los tratamientos se pueden complementar con la ayuda de las plantas medicinales. Lo bueno es que en esta época, con los avances científicos, se pueden hacer estudios sobre los efectos de las plantas medicinales y qué tipo de moléculas están relacionadas con sus efectos terapeúticos. Eso ha permitido estudiar plantas como la cannabis en la actualidad y saber qué componentes, por ejemplo, actúan en el dolor crónico”, señala por su parte la químico farmaceútico, Mariam Charifeh.

“Ello nos permite llevar este conocimiento a la práctica y aplicarlo en el alivio del dolor de pacientes con distintas patologías, al extraer las moléculas terapéuticas y llevarla a una crema para que los pacientes puedan administrarlas de manera tópica. Esto es una ventaja, ya que sabemos que muchos pacientes con dolor crónico son adultos mayores que necesitan utilizar analgésicos por periodos largos. Y las opciones en las farmacias como los analgésicos y antiinflamatorios no esteroidales (AINE) o los de origen opioide presentan varios problemas: al usarlos por periodos prolongados, estos medicamentos pueden tener efectos adversos a nivel renal, de la presión arterial o a nivel estomacal, pudiendo provocar úlceras, además de los problemas que acarrea el uso de varios medicamentos al mismo tiempo”.

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Mucha de la evidencia científica y clínica actualmente disponible, muestra que el cannabis posee muchas ventajas sobre los otros medicamentos en el manejo del dolor crónico, tal como señaló el Dr. Dustin Sulak (EE.UU), Doctor en Medicina Osteopática del Colegio de Medicina Osteopática de Arizona, licenciado en Ciencias de la Nutrición y Biología de la Universidad de Indiana y miembro de la Academia Americana de Medicina Cannabinoide, quien guía actualmente los tratamientos en base a cannabis de más de mil pacientes junto a su equipo médico, durante su charla en el III Seminario Internacional de Cannabis Medicinal de Santiago, realizado por Fundación Daya este año.

En la ocasión, el Dr. Sulak señaló que “los analgésicos de origen opiáceo, que tienen un excelente desempeño en el tratamiento del dolor agudo o post quirúrgico, generan muchos problemas en el uso del dolor crónico”. Entre los problemas que generan estos medicamentos están los efectos adversos ya señalados por la químico farmacéutico, Mariam Charifeh, el aumento constante de las dosis por el nivel de tolerancia que generan en los pacientes, aumentando el riesgo de muertes accidentales por sobredosis o de adicciones, y el aumento del fenómeno conocido como “cascada farmacológica”, es decir, el uso de varios medicamentos simultáneos para tratar los efectos adversos de otros medicamentos.

Todos problemas que no se presentan con el uso del cannabis.

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“Los Estados (en EE.UU) que regularon el uso del cannabis mostraron una baja de 25% de las muertes por sobredosis de medicamentos opiáceos, en comparación con el promedio de aquellos Estados donde el cannabis sigue siendo ilegal”, señaló en la misma presentación el Dr. Sulak, asegurando que la evidencia para determinar la eficacia a largo plazo de la terapia en base a opiáceos para tratar el dolor crónico es insuficiente. Pueden leer el estudio en este enlace.

Por ello, el Dr. Sulak explicó que de las 34 investigaciones analizadas en 2014, ninguna evaluó los efectos de este tratamiento (en base a opioides) a largo plazo en comparación con otras opciones, pero que sí “reconocieron que el uso de opiáceos por largos periodos de tiempo –como es el caso del dolor crónico- incrementa un serio riesgo de sobredosis, abuso de la sustancia, fracturas, infarto al miocardio y problemas de disfunción sexual. A pesar de que los medicamentos opiáceos no son seguros para el tratamiento del dolor a largo plazo, y que la cannabis posee muchísima evidencia de su eficacia (en esta patología), nos cuesta mucho llevar el cannabis a la práctica clínica”, señaló. Datos que son corroborados por otro estudio, esta vez a cargo de Medicare, el sistema de Salud Pública de los EE.UU, publicado en 2016.

Junto a ello, el especialista destacó que la información preclínica (experimentos en laboratorios) demuestran que las vías de señalización de los opiáceos y cannabinoides interactúan entre sí en el control del dolor, que los receptores de ambas sustancias están presentes en las zonas del cerebro y la espina dorsal relacionadas con el dolor. Hay muchos estudios preclínicos que demuestran que al dar estos medicamentos en conjunto crean un efecto sinérgico en el alivio del dolor.

 “Tenemos evidencia preclínica que muestra que, al usarlos juntos, la eficacia de los opiáceos se mantiene a largo plazo. El problema de ocupar sólo opiáceos en el tratamiento del dolor crónico es que después de un tiempo dejan de funcionar y los pacientes deben escalar (aumentar) constantemente las dosis, lo que aumenta los riesgos (de sobredosis, muertes accidentales, desarrollo de adicción). Al usarlos juntos, los cannabinoides hacen que los opiáceos mantengan sus efectos a largo plazo”, señaló. Entre los estudios citados al respecto están Cichewicz 2004, Nielsen et al 2017, Abrams et al 2011.

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Debido a estas ventajas del cannabis en el manejo del dolor crónico es que “en estos momentos vemos hemos visto que hay mucha gente buscando el cannabis como una alternativa o como coadyuvante para aliviar los dolores”, resumió la químico farmaceútico, Mariam Charifeh.

Quienes deseen ayudar, también pueden realizar un aporte solidario vía depósito:

 Banco Estado
Cuenta Rut 8949827
Rut: 8.949827-9
Nombre: Rosa Sagredo Torres
Correo: quilpue@fundaciondaya.org